Señor Director:
Chile enfrenta un rápido envejecimiento poblacional que lo llevará a una situación similar a la de Europa Occidental. En este escenario, no tiene sentido cargar aumentos de pensiones a los trabajadores formales, que son solo el 70% y no tendrán quién les retribuya en el futuro. El reparto es una solución frágil e insostenible. Y aunque el costo inicial parezca manejable con “solo” US$ 1.200 millones, poner dinero en un saco roto puede llevarnos a un abismo financiero sin fin.
Gabriel Cestau
Director ejecutivo Observatorio Perspectivas