El sistema de pensiones chileno sigue siendo competitivo a nivel internacional, con comisiones cercanas al promedio de la OCDE, pese a desafíos como los retiros anticipados. Iniciativas como la licitación de nuevos afiliados han logrado reducir costos, pero la mejora en la rentabilidad sigue siendo una asignatura pendiente; para ello, se recomienda modernizar el régimen de inversión. Además, para reducir las barreras de entrada, se sugiere permitir la participación de estructuras societarias distintas a las sociedades anónimas, flexibilizar el encaje requerido para crear una AFP, eliminar la obligación de tener sucursales en cada región, y permitir que las comisiones de nuevos afiliados difieran de las de los afiliados antiguos.